La niñez es la etapa más importante de la vida del ser humano porque supone una faceta en el desarrollo físico, motor, cognitivo y social en donde la educación es trascendental pues ejerce una influencia importante en su futuro.

La Neuropsicología es la disciplina que “trata acerca de las funciones mentales superiores en sus relaciones con las estructuras cerebrales” (Hécaen y Lanteri- Laura, 1982). La neuropsicología infantil incide en el cerebro en desarrollo y en el comportamiento tomando el cuenta los cambios evolutivos del sistema nervioso.

Desde la gestación, el cerebro del niño va generando conexiones neuronales y procesos madurativos. A partir del nacimiento y durante toda su vida estas conexiones y procesos van aumentando con el contacto del medio ambiente.

Es común que un proceso madurativo se interrumpa dejando un “espacio vacío” que posteriormente se convertirá en un problema de aprendizaje, sensorial, de lenguaje o motor. Esto NO es sinónimo de falta de capacidad o falta de inteligencia. Las terapias neuropsicológicas explotan esa capacidad del niño para “llenar ese espacio” y que en unos meses puedan llevar su vida social, académica y emocional exitosamente.

Por ejemplo si un niño pega mucho en la escuela, no necesariamente tiene un problema conductual si no sensorial o de autorregulación que esta ligado a estructuras cerebrales (corteza frontal).

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